La razón del más fuerte es siempre la mejor: ahora lo veréis.
Un corderillo sediento bebía en un arroyuelo. Llegó en esto un lobo en ayunas, buscando pendencias y atraído por el hambre. “-¿Cómo te atreves a enturbiarme el agua?” dijo malhumorando al corderillo. Castigaré tu temeridad. -No se irrite vuestra majestad, contesto el cordero; considere que estoy bebiendo en esta corriente veinte pasos más abajo , y mal puedo enturbiarle el agua. -Me la enturbias, gritó el feroz animal ; y me consta que el año pasado hablaste mal de mí. -¿Cómo había de hablar mal. Si no había nacido? No estoy destetado todavía. -Si no eras tú, sería tu hermano. -No tengo hermanos, señor. -Pues alguno de los tuyos, porque me tenéis mala voluntas vosotros, vuestros pastores y vuestros perros. Lo sé de buena tinta, y tengo que vengarme.”
Un corderillo sediento bebía en un arroyuelo. Llegó en esto un lobo en ayunas, buscando pendencias y atraído por el hambre. “-¿Cómo te atreves a enturbiarme el agua?” dijo malhumorando al corderillo. Castigaré tu temeridad. -No se irrite vuestra majestad, contesto el cordero; considere que estoy bebiendo en esta corriente veinte pasos más abajo , y mal puedo enturbiarle el agua. -Me la enturbias, gritó el feroz animal ; y me consta que el año pasado hablaste mal de mí. -¿Cómo había de hablar mal. Si no había nacido? No estoy destetado todavía. -Si no eras tú, sería tu hermano. -No tengo hermanos, señor. -Pues alguno de los tuyos, porque me tenéis mala voluntas vosotros, vuestros pastores y vuestros perros. Lo sé de buena tinta, y tengo que vengarme.”
Dicho esto, el lobo me lo coge, me lo lleva al fondo de sus bosques, y me lo come sin más auto ni proceso.